OFICIOS NO APROBADOS POR DIOS
OFICIOS NO APROBADOS POR DIOS
El gobierno de la Iglesia de
Cristo en el lado humano, consta de ancianos, diáconos, maestros, predicador o
evangelista y miembros. Las mujeres son miembros, maestras del bien; según Tito
2:3; siervas: Las ancianas asimismo sean reverentes en
su porte. Que no sean calumniadoras ni esclavas del vino, sino maestras del bien.
Todos somos colaboradores de Dios 1 Corintios 3:9 dice: “Porque nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros sois
labranza de Dios; edificio de Dios. En la escuela de la humildad de
Cristo, no se imparten clases de liderazgo, en la escuela de Diótrefes, puede
ser. Lea 3 Juan 1: 9—10. Yo he escrito a la iglesia; pero
Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10
Por esta causa, si yo voy, recordaré las obras que hace profiriendo palabras
malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los
hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe y los expulsa de la
iglesia. 1 Pedro 4: 11 dice. “Si alguno habla,
hable conforme a las palabras de Dios”; por eso hay oficios y nombres
que no son autorizados por el Nuevo Testamento, como:
- misionero,
- líder
- mujeres lideresas
- ministro de sectas
- reverendo
- padre
- papa
Naturalmente existen muchos más oficios impropios para un cristiano que son todos aquellos cuya función y fruto, desagrada a Dios, como pudieran ser: berdugos, deportistas de riesgo, traficantes, proxenetas, curanderos espirtuales, magos, hechiceros, videntes, adivinos, etc.
Luego podemos contemplar dentro de los oficios permitidos, un sin fin de negligencias, todas ellas condenadas por Dios, como:
Madicos. No autoriza Dios, la castración, el cambio de sexo, la oblación, la muerte, la
prescripción interesada, las pruebas con los pacientes, sin su autorización. El
secuestro de cadáveres sin autorización, para investigar. La implantación de órganos,
de origen desconocido o ilegal, la investigación maliciosa, cambios por medio
de cirugía, de identidades, la propagación de enfermedades, la omisión de
ayuda, practicar la vasectomía, la rectificación de alguna parte del cuerpo como pechos, caderas, trasero, nariz, rostro, etc.
En cada oficio podemos encontrar graves negligencias todas
ellas merecedoras de juicio divino.
Todo lo que sea más de esto,
no es de Dios
Ap 22:18—19: “Yo advierto a todo aquel que oye las palabras de la profecía
de este libro: Si alguno añade a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas
que están escritas en este libro. Y si alguno quita de las palabras del libro de
esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida y de la santa ciudad
y de las cosas que están escritas en este libro”.
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